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¿Qué es el bruxismo y cuál es su tratamiento?
El bruxismo es un trastorno bastante común que afecta a muchas personas en todo el mundo. Aunque puede pasar desapercibido para algunos, puede tener consecuencias graves para tu salud dental y tu bienestar en general.
En este blog te explicaremos en detalle qué es y cómo podemos tratarlo de manera efectiva. Si eres de los que rechinas los dientes o conoces a alguien que lo haga, quédate con nosotras porque este blog te interesa.
¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo es un trastorno caracterizado por el rechinar o apretar los dientes de manera involuntaria, tanto durante el día como durante la noche. Esta acción puede ser consciente o inconsciente y generalmente ocurre durante períodos de estrés, ansiedad o durante el sueño.
El bruxismo puede clasificarse en dos tipos principales:
a) Bruxismo diurno: También conocido como bruxismo de vigilia, se produce cuando una persona aprieta o rechina los dientes durante el día, generalmente en situaciones de tensión emocional o estrés. Y, muchas veces, las personas no son conscientes de este hábito y puede ser difícil de controlar.
b) Bruxismo nocturno: Este tipo de bruxismo ocurre durante el sueño y suele ser más común. Las personas que sufren de bruxismo nocturno suelen rechinar o apretar los dientes involuntariamente mientras duermen.
¿Qué puede causar este trastorno?
Las causas exactas del bruxismo no están completamente claras, pero se cree que puede estar relacionado con una combinación de factores físicos, emocionales y genéticos. Algunas posibles causas y factores de riesgo del bruxismo incluyen:
• Estrés y ansiedad: El estrés emocional y la ansiedad son factores desencadenantes comunes del bruxismo. Las personas que experimentan altos niveles de estrés tienden a tener una mayor probabilidad de desarrollar este trastorno.
• Maloclusión dental: Una mordida incorrecta o una alineación dental desajustada, conocida como maloclusión, puede contribuir al desarrollo del bruxismo. Cuando los dientes superiores e inferiores no encajan adecuadamente, puede aumentar la presión y la fricción durante el movimiento mandibular.
• Factores genéticos: Existe evidencia de que el bruxismo puede tener una predisposición genética. Si tienes familiares cercanos que lo padecen, es posible que tengas un mayor riesgo de desarrollarlo.
• Hábitos de vida y consumo de sustancias: El consumo de alcohol, tabaco y cafeína ha sido asociado con un mayor riesgo de bruxismo. Además, ciertos hábitos como morderse las uñas, masticar objetos duros o masticar chicle en exceso pueden contribuir a padecerlo.
Consecuencias del bruxismo
El bruxismo puede tener consecuencias negativas tanto para tu salud dental como para tu bienestar general. Si no se trata adecuadamente, estas consecuencias pueden empeorar con el tiempo. A continuación, te contamos algunas de sus posibles consecuencias:
a) Daño dental y desgaste de los dientes: Rechinar y apretar constantemente los dientes ejercen una presión excesiva sobre ellos. Con el tiempo, esto puede provocar un desgaste excesivo de la superficie dental y consecuentemente del esmalte, exponiendo las capas más sensibles de los dientes. Esta situación puede conducir a la sensibilidad dental, fracturas dentales y pérdida de la estructura dental.
b) Problemas en la mandíbula y los músculos faciales: El bruxismo crónico puede afectar a los músculos de la mandíbula y la articulación temporomandibular (ATM). Esto puede provocar dolor en la mandíbula, dificultad para abrir o cerrar la boca, chasquidos o crepitaciones en la articulación o dolores de cabeza, entre otros.
c) Trastornos del sueño relacionados: El bruxismo nocturno puede interrumpir tu sueño lo que puede llegar a provocar que padezcas somnolencia diurna, falta de concentración y otros problemas relacionados con la calidad del sueño.
d) Problemas estéticos y funcionales: El desgaste dental causado por el bruxismo puede afectar la apariencia estética de tus dientes, haciéndolos parecer más cortos o desgastados. Además, la maloclusión resultante del bruxismo puede afectar la forma en que los dientes se alinean y encajan, lo que puede tener un impacto en la función masticatoria y la capacidad para hablar correctamente.
Estas consecuencias pueden variar de una persona a otra y dependerán de la gravedad y la duración del bruxismo. Sin embargo, es esencial abordar este trastorno lo antes posible para prevenir daños adicionales y mejorar tu calidad de vida. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado son fundamentales para controlar estas consecuencias negativas.
Tratamiento del bruxismo
El tratamiento del bruxismo se enfoca en aliviar los síntomas, prevenir el daño dental y reducir la frecuencia y la intensidad del rechinar y el apretar de los dientes. El enfoque del tratamiento puede variar según la causa subyacente del bruxismo y la gravedad de los síntomas. Te contamos algunos de estos tratamientos:
a) Uso de férulas dentales: Las férulas dentales son dispositivos diseñados para proteger los dientes y reducir el impacto del bruxismo. Estas piezas se colocan en la boca durante la noche y/o el día y ayudan a amortiguar la fuerza ejercida sobre los dientes. Las férulas dentales también pueden ayudar a aliviar la tensión en los músculos de la mandíbula y reducir el desgaste dental.
b) Tratamientos de ortodoncia: En casos de bruxismo causado por maloclusión dental o problemas de alineación de los dientes, la solución pasa por un tratamiento de ortodoncia. Al mejorar la alineación dental, se reduce la presión y la fricción que contribuyen al bruxismo.
c) Terapia de relajación y técnicas de reducción de estrés: el estrés y la ansiedad pueden ser factores desencadenantes del bruxismo. Por este motivo, se pueden emplear, de manera complementaria, técnicas de relajación para reducir la tensión y el apretamiento de los músculos. Esto puede incluir ejercicios de respiración, meditación, yoga y otras técnicas de manejo del estrés. Estas terapias pueden ayudar a disminuir la frecuencia y la intensidad de esta patología.
Es importante destacar que el tratamiento debe ser personalizado según las necesidades individuales de cada paciente. Recuerda que su tratamiento es un proceso gradual y puede requerir tiempo y paciencia.
Sin embargo, con el enfoque adecuado y la atención profesional, es posible controlar y gestionar con éxito este trastorno, reduciendo los síntomas y previniendo complicaciones a largo plazo. Si tú también rechinas los dientes no lo dudes y llámanos, podemos ayudarte.
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